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El aceite de ricino era --es-- un purgante de sabor asqueroso (por eso añaden en la etiqueta lo de "aromatizado") que los médicos y las madres se obligaban a tomar a los niños cuando tenían, por ejemplo, lombrices o estreñimiento. Ahora se usa contra la caspa, para fortalecer las uñas y abrillantar los labios y como aditivo para el biodiesel.
Las etiquetas proceden del catálogo de una imprenta de Valencia. Al ampliarlas se aprecia que tienen relieve. Son de los años 40 ó 50, aventuro.
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